Sin independencia no hay Justicia
Tras leer la noticia publicada
hoy jueves por Mercedes Benítez en el ABC de Sevilla, titulada "El TSJA
intentará importunar lo menos posible en las elecciones", en la que se
informa de las declaraciones del Presidente de dicho Tribunal, el señor Lorenzo
del Río, no he podido resistir la tentación de escribir sobre ello, y
aprovechar la ocasión para mostrarles, una vez más, la perversión del sistema
partitocrático que, lamentablemente, los ciudadanos padecemos con una pasividad
pasmosa. Un sistema que convierte la
democracia en un simple fonema.
En la noticia se entrecomilla la siguiente declaración del Sr. Río en relación al caso ERE: «Ahora mismo hay un trámite que es dar traslado al fiscal y hay que verlo con mucho detenimiento, habrá que ver si hay que tomar una decisión si compensa o no a la vista de esos periodos electorales». ¿A cuál se refiere: al de las elecciones autonómicas, las municipales, las catalanas o, como adelantaba ayer en mi artículo, a unas posibles generales? ¿También deben paralizarse los casos Bárcenas, Gürtel, Pujol, etc., dado que afectan también a otros partidos políticos en este periodo electoral?
Según el Sr. Río, la Justicia tiene que petrificarse para siempre. La gravedad de sus palabras, en un país verdaderamente democrático, constituiría un motivo para su inmediato cese y escarmiento público. En este país de "chichinabo" no sólo no ocurrirá, sino que posiblemente obtenga algún beneficio por los servicios prestados al Régimen andaluz, si no está devolviendo con estas declaraciones algún favor anterior, que es otra posibilidad. Si yo fuera juez o magistrado, me hubiera escandalizado con estas declaraciones. Estaremos pendientes estos días, por si sus asociaciones profesionales manifestaran o no sus pareceres al respecto. A título individual no creo que haya ninguna, ante las probables represalias. Así estamos.
En la noticia se entrecomilla la siguiente declaración del Sr. Río en relación al caso ERE: «Ahora mismo hay un trámite que es dar traslado al fiscal y hay que verlo con mucho detenimiento, habrá que ver si hay que tomar una decisión si compensa o no a la vista de esos periodos electorales». ¿A cuál se refiere: al de las elecciones autonómicas, las municipales, las catalanas o, como adelantaba ayer en mi artículo, a unas posibles generales? ¿También deben paralizarse los casos Bárcenas, Gürtel, Pujol, etc., dado que afectan también a otros partidos políticos en este periodo electoral?
Según el Sr. Río, la Justicia tiene que petrificarse para siempre. La gravedad de sus palabras, en un país verdaderamente democrático, constituiría un motivo para su inmediato cese y escarmiento público. En este país de "chichinabo" no sólo no ocurrirá, sino que posiblemente obtenga algún beneficio por los servicios prestados al Régimen andaluz, si no está devolviendo con estas declaraciones algún favor anterior, que es otra posibilidad. Si yo fuera juez o magistrado, me hubiera escandalizado con estas declaraciones. Estaremos pendientes estos días, por si sus asociaciones profesionales manifestaran o no sus pareceres al respecto. A título individual no creo que haya ninguna, ante las probables represalias. Así estamos.
En una democracia, el poder judicial no puede depender en su funcionamiento de los intereses de los que, en cada legislatura, ocupen el poder ejecutivo. La independencia de ambos poderes debe ser un axioma si los ciudadanos realmente queremos evitar cualquier abuso por parte del poder ejecutivo –gobierno- al que los ciudadanos hemos cedido unas prerrogativas y potestades exorbitantes (privación de libertad, expropiación, liquidación de tributos, concesión de ayudas y sus reintegros, etc.). Por ello, las graves declaraciones del Sr. Río muestran el verdadero rostro de nuestra supuesta democracia, y no es más que un poder ejecutivo al socaire del judicial, y un legislativo que, al dormir en la misma cama que el ejecutivo, en nada contribuye a poner orden en este desaguisado.
Para nuestra desgracia, no puede
esperarse otro resultado de esta partitocracia. Cuando los partidos han
politizado para su interés todos los estamentos de dichos poderes, desde la
cúspide hasta la base de la pirámide jerárquica, la democracia se convierte en
oligarquía del partido de turno.
Si trasladamos desde el campo de
la sexualidad al de la política los comportamientos individuales descritos por
el Marqués de Sade en sus obras a nuestros poderes públicos y la ciudadanía,
nos encontramos con demasiados ciudadanos sumisos, bloqueados por miedos o
intereses ante las parafilias de aquellos. Podría definirse como un ejercicio de
“sadomasoquismo político” entre poderes públicos y ciudadanía, porque me
resulta muy difícil de entender que pocos ciudadanos reaccionen ante estas
salvajadas, conformándose con introducir una papeleta en una urna cada cuatro
años -o menos-, salvo que disfrute con el dolor de verse privado constantemente
de sus derechos y libertades de forma tan dañina.
Los jueces instructores y los
tribunales deben realizar su trabajo sin estar pendientes de los vaivenes de
los partidos políticos que ocupan los gobiernos, salvo que aquellos quieran
entrar en el juego de las dádivas con promociones y apoyos a sus carreras de
funcionarios, o el salto a otros poderes públicos, que poco tienen que ver con
el interés general, como ocurre en la Administración General de la Junta de
Andalucía, que no creo sea tan diferente de la Administración de Justicia.
La Justicia material, la que
sería deseable, no puede depender de la convocatoria de unas elecciones. Los
jueces no pueden actuar arbitrariamente, ni toman decisiones por oportunidad
como los políticos. Imparten justicia sometidos a unos procedimientos
legalmente establecidos, con sus plazos, desgraciadamente condicionados por los
recursos humanos y materiales que el ejecutivo y el legislativo les procuran.
Por tanto, es incomprensible que el Presidente de un Tribunal Superior diga lo
que ha dicho el Sr. Río. No se si está pensando en dar un salto a la palestra
política para ocupar en un futuro, al igual que el Fiscal Llera, una posible cartera
en el Gobierno andaluz. No lo descarto.
En relación con esto último, si
queremos una democracia sin fisuras, deberíamos evitar para siempre el traspaso
de un poder a otro, o al menos, cerrar la puerta para evitar una vuelta
posterior. La puerta giratoria entre los poderes ejecutivo y legislativo y el
poder judicial es muy perversa en un sistema democrático con una digna
separación de poderes, pues entran en juego variables que dificultan la
imparcialidad a la hora de impartir justicia.
Hoy me preguntaba un “twittero”
lo siguiente: qué podíamos hacer, y cómo, para cambiar estas aberraciones. Creo
que era una pregunta retórica, porque sabe lo que pienso y que he manifestado
en ocasiones: sin asumir nuestra responsabilidad, no hay libertad. O los
ciudadanos-súbditos se convencen de que es necesario organizarse, de que no se
puede mirar para otro lado, de que hay que actuar, o jamás conseguiremos el
estatus que deseamos. No hay más alternativas.
Y para concluir, espero que el Sr. Río retire sus palabras para engrandecer la Justicia. Muchos ciudadanos han puesto su mirada en el poder judicial esperando una salvación ante tantos casos de corrupción, pero me temo que sin cambios profundos en el actual sistema, nunca llegará. Sin ciudadanos organizados y responsables, sólo seremos “súbditos”.
Y para concluir, espero que el Sr. Río retire sus palabras para engrandecer la Justicia. Muchos ciudadanos han puesto su mirada en el poder judicial esperando una salvación ante tantos casos de corrupción, pero me temo que sin cambios profundos en el actual sistema, nunca llegará. Sin ciudadanos organizados y responsables, sólo seremos “súbditos”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios serán revisados antes de publicarlos, con el fin de evitar aquellos que pudieran se injuriosos o irrespetuosos con cualquier persona.